En el mismo lugar donde hoy se levanta el restaurante, había un ultramarinos con el mismo nombre, que contaba con comestibles selectos: chocolates, especias, vinos… productos que en esa época era muy difícil de encontrar en la gastronomía bilbaína. Una tienda inusual para la época, que se convirtió en toda una referencia del sector gourmet del País Vasco.
Tan entrañable tienda, se convirtió en uno de los mejores restaurantes de Bilbao del siglo pasado, un restaurante que a día de hoy, conserva todo el espíritu de aquel ultramarinos, tan diferente para la época, y toda la ilusión por acercar a los bilbaínos y a todo aquel que les quiera visitar, productos singulares tanto de su propia gastronomía como del resto del mundo, de la más alta calidad. Productos que podéis degustar sentados en el precioso comedor, rodeado de la colección de vinos, whisky y coñacs o en forma de pintxos en una cuidada barra que se ha convertido en un icono del casco viejo de Bilbao.
El restaurante se ha posicionado como un referente de la cocina del País Vasco formando parte de la vida de todo bilbaíno y convirtiéndose en una parada obligatoria para aquellos que visiten la ciudad.
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